Es un mundo virtual que convierte el mundo físico en digital. Es parecido a los videojuegos y tiene algunos de sus elementos y estética, pero esta réplica de la realidad no está pensada para jugar o al menos, no solo para ello, sino para reproducir muchas de las dinámicas sociales de nuestro día a día, desde trabajar, ir a conciertos o ir de compras. Una de las claves de este metaverso es la realidad virtual. Este nuevo mundo digital tiene que ser inmersivo y permitir a sus usuarios interactuar con él, como lo hacen con el mundo real. Para ello, será indispensable el uso de dispositivos de realidad virtual (lentes, casco, etc.). Otro aspecto fundamental es la interoperabilidad, es decir, la capacidad de 2 o más sistemas o componentes para intercambiar información, ya que estará compuesto por diferentes plataformas y lo ideal es que estén interconectadas para que nos podamos mover con total libertad de una a otra.
El metaverso también se concibe como un espacio de trabajo industrial a gran escala en el que se pueden hacer pruebas de todo tipo de máquinas y sistemas mediante gemelos digitales, antes de ponerlas a funcionar en el mundo real. De esta forma se detectan los posibles fallos y mejoras antes de ejecutar su construcción física que implicaría una mayor inversión. En definitiva, el metaverso es una réplica del mundo real pasado a un mundo virtual, en el que podremos interactuar con espacios, personas, cosas y objetos como lo podemos hacer en la vida real con la ayuda de la realidad virtual.
Este metaverso se utilizará para diferentes actividades, ya sea sociales, laborales o de desarrollo industrial. Asimismo, no será una plataforma dominada por una o varias empresas, sino una suma de espacios interconectados, tal como lo hacemos como el internet que conocemos ahora, a través de los cuales podremos desplazarnos a placer y a los que se podrán unir nuevos universos sin límite.
Según Bloomberg, este universo virtual podría suponer un negocio global de 800,000 millones de dólares para 2024. Todas estas opciones que da el metaverso y como no la capacidad de monetizarlas ($$$), ha llamado la atención de las grandes tecnológicas. La empresa que más interés ha mostrado en el metaverso, al menos de manera pública, ha sido Facebook a través de su CEO Mark Zuckerberg. Este llegó a afirmar en una entrevista reciente que en los próximos 5 años pasarán de ser una empresa de redes sociales a una empresa metaverso. Solo unas semanas después de esas declaraciones, Facebook lanzó Horizon Workwooms, una app que, mediante un casco de realidad virtual, permite a los usuarios entrar en oficinas virtuales y participar en reuniones de trabajo con los avatares de sus compañeros, crear un escritorio virtual, dejar documentos digitales sobre la mesa, etc. El objetivo es conectar los entornos del trabajo presencial con el del teletrabajo.
Por su parte, la multinacional NVIDIA, corporación especializada en el desarrollo de unidades de procesamiento gráfico y tecnologías de circuitos integrados, está trabajando en una plataforma metaverso con fines industriales. Recientemente indicaron que querían crear una réplica del mundo virtual para hacer pruebas de distintas herramientas y dispositivos mediante gemelos digitales, antes de construirlos. De hecho, ya han llegado a un acuerdo con la empresa alemana BMW, para crear una copia digital exacta de su fábrica.
Por ahora, las mayores aproximaciones al metaverso se han producido en los videojuegos multijugador online, sin embargo, a través de esta tecnología, ya hay espacios en donde se han celebrado conciertos multitudinarios, exposiciones de arte, algunos de ellos de pago. Incluso hay algunos que han creado clubes de strip-tease y fiestas sexuales en algunas plataformas, aunque esto en principio no está permitido. El concepto parte de la posibilidad de tener una experiencia inmersiva mediante realidad virtual, por ello, son posibilidades que se están estudiando desde hace algún tiempo.
A pesar de todas estas aproximaciones, el metaverso todavía no es una realidad per se, aún hacen falta años de desarrollo y resolver problemas importantes como crear unas gafas de realidad virtual que sean más cómodas y un poco más ligeras que las que tenemos actualmente en el mercado. Las distintas partes implicadas en el desarrollo de esta próxima frontera tecnológica también advierten que su implantación no será radical, sino paulatina. Por lo que se irán introduciendo poco a poco plataformas, elementos e interconexiones, hasta que, en un futuro no demasiado lejano, se pueda hablar de un metaverso como tal. De lo que sí están seguros los que más fuerte están apostando por este universo digital es que va a llegar y va a tener una difusión tan amplia como la que ha tenido el primer internet.