Page 32 - SEMINARIO INTERNACIONAL DE TRIBUTOS & ADUANAS
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SEMINARIO INTERNACIONAL DE TRIBUTOS Y ADUANAS: ANÁLISIS Y PERSPECTIVAS
Algunos de los impuestos que conocemos hoy en día tienen su origen en esos cambios.
Cada revolución industrial provoca modificaciones en los sistemas tributarios para
adaptarse a las nuevas realidades.
Es esencial comprender, antes de profundizar, que el impuesto es una relación social
fundamental. Más allá de ser simplemente una contribución al gasto social, el impuesto
representa una forma institucional que genera dinámicas y mantiene procesos dentro de
la sociedad.
Si trascendemos el concepto de impuesto desde la teoría de la regulación francesa hacia
algo más dinámico en la sociedad, comprendemos que los derechos tienen un costo.
Cada derecho que disfrutamos implica un gasto por parte del Estado para garantizarlo, y
esta necesidad se traduce en la recaudación de impuestos. Por esta razón, las tasas de
presión fiscal en los países desarrollados, en términos de impuestos directos, son
considerablemente más altas que en los países en desarrollo. En estos últimos, las
estructuras tributarias indican una similitud en la carga de impuestos directos e indirectos,
mientras que, en los países de la OCDE, la diferencia es del 30% al 70% y acá estamos con
50% y 40%.
En la era de la Industria 1.0, el surgimiento de nuevos modelos de negocios conllevó a la
creación de nuevos impuestos. El aumento en las posibilidades de consumo, siendo el
consumo un disparador de impuestos indirectos, llevó a un incremento en los impuestos
indirectos. Además, se introdujeron impuestos a propiedades, transacciones especiales y
se sistematizó el sistema arancelario a nivel mundial para proteger las industrias nacionales.
Por ejemplo, en el caso de Colombia, el primer impuesto que se estableció fue el impuesto
de aduana, cuyo propósito no era financiar el gasto social, sino proteger la industria
colombiana. Con el tiempo, se desarrollaron y establecieron más impuestos que persisten
en la actualidad.
Con la llegada del Fordismo en 1870, se desencadenó la Revolución 2.0 en la industria. Este
modelo industrial revolucionó las líneas de ensamblaje y generó ciertos temores en la
sociedad de la época, anticipando que la automatización y la velocidad podrían resultar
en la pérdida de empleos, lo cual resultó ser falso. En cambio, el Fordismo mejoró aspectos
como la seguridad industrial, reduciendo riesgos y disminuyendo las condiciones
desfavorables en comparación con la primera Revolución Industrial.
En la segunda Revolución Industrial a principios del siglo XX, se observó una mayor
diversificación económica, abarcando sectores como la manufactura, el desarrollo minero
y la aparición de grandes industrias con economías de escala. Este cambio significativo en
la estructura económica requirió una adaptación de los sistemas fiscales. A medida que la
complejidad y magnitud de las operaciones económicas aumentaron, se evidenció que
basar los impuestos en el consumo no era suficiente. En cambio, los impuestos directos, que
gravaban la creación de riqueza o ingresos individuales, ganaron protagonismo como
fuente de recaudación fiscal.
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